Una generación histórica

El Handbol Onda cuenta con una cantera envidiable. La semana pasada, las juveniles del club se proclamaron campeonas de España, un título que pone el broche de oro a una generación que ha ido progresando a base de trabajo y sacrificio en los últimos seis años.

Hace cuatro años, en 2019, jugaron su primera fase sector en categoría infantil, colocándose ya entre los mejores equipos de España, aunque sin lograr acceder a la fase final. Dos años después, en 2021, fruto de su progresión, se proclamaron subcampeonas de España en categoría cadete y ahora, concretamente el 21 de mayo, se han consagrado como el mejor equipo juvenil a nivel nacional tras ganar al BM Montequinto en la final.

Centrando el foco en este año, primero arrasaron en la temporada autonómica. Luego superaron con autoridad la fase sector y, por último, se alzaron con el trofeo del Campeonato de España delante de su afición. Un escenario perfecto para cerrar la historia de la generación 2005/06 ondense en edad escolar.

Rubén Muñoz, entrenador del equipo, destaca «la unión» como una de las claves del éxito. «Es importante que el vestuario sea sano y limpio», reconoce, algo que «siempre ha sido así». Las propias jugadoras también destacan esto como uno de los rasgos del equipo. «Más que compañeras, somos amigas», afirma Paula López.

La ambición y la constancia también brillan con luz propia cada vez que las ondenses se ponen el mono de trabajo. «Desde el principio teníamos claro nuestro objetivo y sabíamos que había que trabajar mucho para conseguirlo», recuerda Eider Poles, y añade, «cuando terminamos la fase autonómica, queríamos el ‘Top 8’ —clasificar para la fase final—, y cuando ya estábamos en semifinales sabíamos que no se nos podía escapar».

Esa ambición viene de lejos. Rubén Muñoz, conseguido ya el hito del título nacional, echa la mirada atrás y rememora el discurso post subcampeonato nacional cadete: «Comentamos que teníamos que seguir trabajando si queríamos volver a tener la oportunidad de luchar por el título en juveniles y, sobre todo, que no debíamos conformarnos. Este es uno de los símbolos del ADN Onda».

Rubén Muñoz, sobre los aspectos clave del equipo

Los detalles de un hito histórico

El propio entrenador reconoce que las semanas posteriores al título autonómico fueron «las más complicadas», sobre todo, «a nivel de ansiedad y presión» debido a la «autoexigencia y las expectativas del grupo». Sin embargo, todo esto pasó una vez conseguido el billete para la fase final: «Sabíamos que íbamos a competir contra cualquiera».

Una vez vez asegurado el ‘Top 8’, el sentimiento de las jugadoras era claro. «Este año no se nos podía escapar. Era la última temporada de muchas como juveniles y era nuestro objetivo principal», comenta Lucía Aparicio. Lejos de crear nerviosismo, la final perdida hace dos temporadas fue un aliciente en la consecución del objetivo, tal y como explica Belén García: «Nos motivó, porque queríamos más. No queríamos repetir la plata».

Finalmente, tras diez días de espera una vez finalizada la fase sector, llegó la ronda final en casa, en el Pabellón Víctor Cabedo, frente a su afición, familiares y amigos. La atmosfera vivida durante la competición en Onda fue inmejorable. Las gradas estaban llenas y vibraban con cada gol y cada parada. Este efusividad se trasladaba a la pista, donde todas aportaban, independientemente del rol que ocuparan en cada momento.

Eider Poles, sobre jugar en casa

«El papel de la afición y las jugadoras y el staff en el banquillo fue clave. Animaron sin parar y, sin ellos, no lo habríamos conseguido», afirma Martina Barboza. Paula Pilar Martínez, portera que fue clave en la final ante el Balonmano Montequinto, describe el ambiente como algo único: «Nunca había vivido algo parecido, el pabellón estaba a reventar».

Superada la fase de grupos y la semifinal, llegó el gran día, con el equipo muy confiado en sus opciones. «Estaba tranquila porque sabía que iban a ganar», comenta Jennifer Djata, una de las jugadoras que no saltó a pista, pero se dejó la voz en animar a sus compañeras. Martina Barboza va más allá y afirma que se sentía ganadora antes de jugar.

En el transcurso del partido, el Handbol Onda se encontró por delante en el marcador prácticamente en todo momento. Sin embargo, el BM Montequinto se puso por delante por primera vez a falta de 13 minutos para el final. Rubén Muñoz recuerda así el tiempo muerto inmediatamente posterior: «Les recordé que había que tener calma, porque todavía quedaba mucho tiempo. Pienso que, simplemente, fue un momento en el que bajamos el nivel de efectividad y que, además, teníamos en frente a un equipo de máximo nivel». Eider Poles coincide y añade que «son situaciones que se pueden dar durante el partido», ya que se estaban enfrentando «los dos mejores equipos de España». «Había que saber llevarlo», concluye.

Y vaya si supieron hacerlo. Acto seguido lograron un parcial de 4-0 que les catapultó hasta la victoria final (31-29). «Demostraron madurez y tener experiencia en este tipo de partidos», elogia Rubén Muñoz. Por su parte, Lucía Julve recuerda que ni en el momento más crítico del partido hubo dudas de conseguir la victoria: «Seguíamos en la misma tónica. Sabía que éramos superiores y que nos acabaríamos llevando el partido. La confianza que me transmitía el equipo fue la misma que cuando íbamos ganando».

Cuando sonó la bocina, la explosión de felicidad fue máxima. «Es el momento en el que se cumple el sueño y se consigue la meta por la que llevamos trabajando tanto tiempo», comenta Irene Álvaro. «Es una satisfacción enorme poder decir que hemos luchado por un sueño y lo hemos conseguido», añade Rubén Muñoz.

Una semana después del éxito, las juveniles ondenses siguen sin asimilarlo. Al preguntarles por si son conscientes de lo logrado, todas responden al unísono con un «no». Tal es la importancia para todas ellas, que Leyre García durmió dos días seguidos con la medalla en el cuello. «Al final me la tuve que quitar», reconoce entre risas.

El 21 de mayo de 2023 ya es una fecha que se quedará marcada en la memoria de todo el equipo. «Al recordarlo siento emoción. Es un día muy especial que se nos va a quedar grabado», comenta Lucía Julve. Pero además también quedará grabado en su piel, pues, según desvela Belén García, han decidido hacerse un tatuaje.

Belén García, Eider Poles, Irene Álvaro, Lucía Julve, Lucía Aparicio, Denisa Lungu, María José Gimeno, Martina Barboza, Paula López, Paula Pilar Martínez, Sara Palanques, Anna Timor, Jennifer Djata, Laura Roca, Leyre García, Lucía Talaya, Marta Caballero, Martina Catalá y Mireia García son las 19 jugadoras cuyos nombres deben quedar grabados en la memoria de la afición al balonmano. Ellas, junto a su cuerpo técnico, han sido las que han llevado el nombre de Onda a la cima nacional. El futuro es suyo.